Había que evitar las aglomeraciones, a los curiosos y a los apasionados de las fallas. Era el secreto mejor guardado por el consistorio, pero su momento finalmente llegó. Anoche la falla municipal ardió ante el silencio de una plaza vacía y la única mirada de los operarios encargados de su cremà.
Aunque no lo hizo por completo. El concejal de Cultura Carlos Galiana y los artistas responsables de la falla, Manolo Martín y José Ramón Espuig, habían llegado al acuerdo de salvar el busto de la figura. Con la incorporación de la mascarilla al rostro del monumento fallero, la imagen ha acabado convirtiéndose en un icono de la lucha contra la pandemia del coronavirus.
El busto, por lo tanto, se ha salvado del fuego previsiblemente hasta el mes de julio, fecha en la que se prevé se puedan celebrar las fiestas de las fallas.
Aunque el resto de la falla ardió en soledad, miles de espectadores pudieron verlo desde sus casas gracias a una conexión en directo emitida a través de Youtube.
De esta manera, se pudo preservar que alguien se viera tentado de acudir a la plaza para ver cómo ardía «Açó també passarà», diseño del artista Escif, quien reveló en sus redes sociales que la pasada noche sería el momento en el que se le dijera adiós a la falla municipal.
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