
Es probablemente uno de los lugares más fotografiados por turistas y locales cuando pasean por el barrio de la Seu. El popularmente conocido como el arco de la Barchilla, que une la Catedral con el Palacio Arzobispal, será visitable en cuestión de unos meses.
Hablamos de un corto pasadizo con un arquitectura singular que hasta ahora nunca se había abierto al público. Su singular estructura no presenta problemas arquitectónicos, pero va a ser protegida por un nuevo revestimiento. También, se recuperarán detalles arquitectónicos de la carpintería interior.
Durante la Guerra Civil, fue uno de los monumentos que resistió a las llamas cuando ardió en un incendio el Palacio Arzobispal. Sin embargo, anteriormente había tenido que ser reconstruido en el siglo XV tras el derrumbamiento del viejo campanario de la Catedral.
Vía Las Provincias
Fuente foto de portada: J. Diez Arnal