Si esta maravilla ha sobrevivido desde el Neolítico hasta ahora será por algo.
Tan espontáneo como natural, el placer que produce comer queso lo descubrieron los primeros habitantes del Neolítico. Entre 10.000 y 12.000 años antes que nosotros, aprendieron a domesticar a animales como la cabra, oveja y la vaca para la extracción de su leche. A partir de ahí, la simple observación y experiencia les descubrieron un infinito abanico de posibilidades que hoy todavía se sigue estirando como un hilo de mozzarella. Y aunque estas personas conocieron el cuajo, el cambio de temperatura y las diferentes texturas, las primeras imágenes de queso se remontan al siglo III a.C en Mesopotamia.
Y más de 2.300 años después, aquí estamos tu yo hablando todavía de queso y sus eternas bondades. En Valencia, aunque no es una ciudad de tradición quesera, hay varios espacios que lo han convertido en un elemento principal de su carta, en múltiples formas y texturas.
La Majada
En Oriente Próximo, en las profundidades del templo de Ninchursag, se encontró el primer friso relacionado con el queso bajo el nombre de ‘La Lechería’. Ha llovido mucho desde aquella imagen hasta nuestros días, pero en Valencia hay un sitio que agrupa el resultado de toda la tradición en torno al queso. Hablamos de La Majada Quesos.
Este espacio, ubicado en la calle Félix Pizcueta 15, alberga más de 200 quesos nacionales e internacionales en sus estanterías. Y entre tanta leche hay auténticas joyas, como un Teyedu de Cabrales, elaborado en Asturias a 1.200 metros de altitud en una de las cuevas más altas de Europa o un Emmental de 100 kilos de la zona alpina de Suiza, el más grande del mundo y para el que se han empleado técnicas tradicionales y 1.100 litros de leche.
Kuzina
Si Grecia es el país que más queso consume en el mundo, con 37 kilos por habitante al año, en esta lista no podía faltar un restaurante como Kuzina. Los turófilos valencianos, unión de las palabras griegas ‘Tyros’ (queso) y ‘Philos’ (afinidad), encontrarán auténtica cocina griega en la que no falta ni el queso feta ni Halloumi, un queso originario de Chipre. Sin hablar de sus postres, con la tarta de queso de yogur griego. Lo encontrarás en calle Conde de Almodóvar, 4.
Pan de Queso
La receta del pão de queijo (una especie de croqueta hecha a partir fécula de mandioca y queso) es uno de los productos más vendidos en Brasil y también exportados al exterior. Este inocente bollo se ha ganado el corazón de todo el mundo por su simpleza, pero inolvidable sabor. Hasta el punto de convertirse en un reclamo promocional más.
En Valencia, el local Pan de Queso sirve precisamente esta especialidad con infinitos tipos de relleno. Es un plan perfecto para tomar on the go y lo encontrarás en calle Serranos, 19.
La Fondue
Aunque el mayor productor de queso sea Estados Unidos (já, con ese tamaño, cualquiera), los suizos son los verdaderos expertos en el tema. La raclette y la fondue son los platos nacionales por excelencia, y además fueron también los primeros en abrir una fábrica de quesos en 1815.
Y si la fondue es lo que precisamente buscas, no te podemos recomendar otro sitio que no sea La Fondue en calle Serrano Morales, 9. Un establecimiento que ha tomado el testigo de la histórica Fondue de Bachiller en Facultats.
Ma Khin Café
Otro de los atributos del queso es que pega con todo. Dulce, salado, amargo… Y si nos dan a elegir otro registro en el que probar el queso, nos quedamos con los postres sin ninguna duda. La cheesecake es puro queso, pero también un plato de moda que podemos encontrar en casi cualquier restaurante. Aunque solo unos pocos sigue una receta casera.
Uno de ellos es este café del Mercado de Colón. Un local de diseño con cocina a la vista nos ofrece gastronomía asiática de fusión y excelentes meriendas. La foto de su tarta de queso con nueces de macadamia nos da la razón.