Si viajas habitualmente en metro, al final acaba siendo como tu segunda casa durante el día. A nosotros mismos nos pasa. Eso sí, con hambre o mucha gente alrededor, los trayectos se pueden hacer interminables (e insoportables). Bastan unos cuantos viajes en Metrovalencia para darse cuenta de que es un mundo aparte, con sus normas, personajes y frases únicas.
Nosotros hoy hemos decidido bajar a las profundidades de la ciudad para descubrir qué es lo que define a Metrovalencia como medio de transporte. ¿Qué historias, sonidos, situaciones son especiales? Seguro que en tu cabeza ya tienes alguna idea, pero ahí va una lista de un primer análisis a simple vista.
¿Va a salir?
Un clásico. Te falcas cerca de la puerta de salida y alguien te lo pregunta antes de la próxima parada. Sobre todo durante las horas punta del día. O, eres tú quien lo pregunta porque la persona que tienes delante ni se mueve y ni se entera.
La inigualable voz de la megafonía
«Pròxima parada… Correspondència amb les línies…». Siempre en valenciano, seguro que más de una vez has imitado la voz de la mujer que anuncia el nombre de las estaciones. Aunque también hay que decir que más de uno quedó traumatizado al ver que hace unos años le salió una competidora avisando con el número de las nuevas líneas.
Las huelgas parecen infinitas
Por desgracia, desde hace unos años, hay que estar bien atento antes de salir de casa para coger el metro, no vaya a ser que haya huelga. Los trabajadores de la empresa vienen realizando varias demandas desde hace un tiempo. Esto hace que se reduzcan las frecuencias de paso y retrasos que no gustan a nadie.
La persona delante de ti bloquea la puerta intentando salir
Sucede más de lo que te imaginas. No sabemos si son las prisas, la falta de práctica o que estas puertas las carga el diablo. Pero más de una vez habrás visto como se quedan atascadas si sueltas la manivela antes de tiempo. Se ha visto a pasajeros perder la parada porque la puerta no se abría. El secreto, apretar y no soltar hasta que se abra completamente.
¿Valencia o Venecia?
Esa es la pregunta que te haces cuando llueve en València y coges el metro. Vías inundadas, estaciones con goteras, trenes bloqueados… Las lluvias torrenciales lo convierten en un auténtico caos. Hasta el punto que el tramo a recorrer entre dos estaciones puede ser de más 10 minutos.
Pringao nivel: volver a casa y que te pille la marabunta de la mascletà
No puedes ir a ver la mascletà, pero te tragas todas las aglomeraciones en el metro de las dos. La muchedumbre te arrolla, te sopla en el cogote y llegas a casa odiando las Fallas. Lo mismo te pasa cualquier tarde que vas al centro a ver fallas o la Nit del Foc o cuando vuelves del fútbol.
Flamenquito sin cascos
El típico que sube al metro y no se pone cascos. Quiere que todo el vagón baile flamenco con él, pero no sabe que lo que hace es molestar. El pensamiento es generalizado pero ¿alguien se ha molestado alguna vez en llamarles la atención? Con el bonometro tendrían que darles unos cascos.
En verano el metro también se va de vacaciones
Tú, verano, sudando, con un calor insoportable y el metro que no llega. Llega julio y hay líneas en las que coger el metro se vuelve una odisea. En la línea 1 fácilmente pasas de tener un metro cada 15 o 30 minutos a uno cada 40 minutos. Lo mejor es que, si tienes que cogerlo, te armes de paciencia porque seguramente cuando llegue además estará lleno.
El metro se convierte en el tren de la bruja
La línea 2 tiene la característica de brindarnos los momentos más surrealistas del metro. Como cuando se apagan las luces en el vagón y se convierte en el tren de la bruja. Un viaje a fosques que la priemra vez te asustas, pero luego ya las siguiente te hace gracia. No sabemos el porqué, pero suele pasar a la altura de Benimamet y Beniferri.
En verano, una sauna; en invierno, el polo
Bajar al suburbano en pleno verano en Àngel Guimerà es como meterse en una sauna. No llevas ni 5 minutos y ya estas sudando. En invierno, todo lo contrario. Agradeces llevar un chaquetón porque los vagones llevan aire acondicionado.
Foto de portada: Comarcalcv