Aquí tienes 10 consejos para hacer más fácil tu adaptación a Valencia.
Hay determinadas situaciones y comentarios que dejan descolocado a más de uno que viene de fuera cuando se rodea de valencianos. Para poner las cosas un poco más fáciles, nosotros te damos una guía exprés de adaptación a la terreta.
La cultura del esmorzar es sagrada
Un buen fin de semana comienza con un espectacular almuerzo. Las olivas, cacaos y ensalada de tomate y cebolla acompañan a un bocadillo que no se lo salta un galgo. Tendrás que elegir entre una barra de pan entera, o media. No hay otro tamaño. Todo un ritual sagrado para los valencianos. Para acabar, una casalleta o mistela.
Matamos el hambre con rosquilletas
Ese panecillo largo (a veces con pipas o chocolate) se llama rosquilletas y nos vale para todo. Es perfecto para matar el hambre en el trabajo o para sucar en la horchata. Sabe a gloria.
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Aquí todos vivimos en una finca
Una valenciana te dirá tarde o temprano que vive en una finca. Tu pensamiento inmediato: grandes terrenos, caballos y olivos. Pero no. Aquí los edificios de pisos son fincas.
La comida no está buena, está de categoría
Cuando un amigo (o tu suegra) te pida valoración sobre su paella, siempre di «está de categoría». Es nuestra particular nota de 5 estrellas para valorar todo. No hay un nivel superior.
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Naranjas sí, pero no las de la calle
Si hay una fruta que nos hace famosos en el mundo entero, esa es la naranja. Pero no todas. Aquí las naranjas buenas son las de L’Horta. No seas un guiri intrépido y olvídate de las naranjas de la calle Colón. Una expresión las define: «Eres más borde que las naranjas de la calle Colón».
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Un bombón del tiempo
Es nuestro café estrella. Si pruebas a pedirlo igual en Madrid, te podrán mala cara. Pero aquí es toda una tradición. Una bomba: café solo y leche condensada con un vaso con hielo aparte. Si el camarero es generoso, más de un tercio del vaso será ese oro líquido blanco.
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Cena improvisada de sobaquillo
En más de una ocasión te invitarán a una cena de sobaquillo. Para no que no te pille desprevenido, aquí todas las fiestas tienen siempre una cena en la calle en la que cada uno lleva su comida, habitualmente un bocadillo bajo el brazo. De ahí lo de sobaquillo. Aunque lo puedes extender al ámbito privado con amigos.
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Nano sí, tete no
Rafa Mora e Ylenia han hecho mucho daño al término tete. Pero aquí solo lo utilizamos para nuestros familiares cercanos. Si quieres colegueo, puedes utilizar sin problemas nano. Para usarlo bien, sustitúyelo por tu habitual tío o tronco.
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En casa guarda siempre una traca
Porque nunca sabes cuando tendrás que usarla. Aquí lo celebramos todo con petardos. Aunque muchas casas tienen tracas cogiendo polvo a la espera del próximo éxito del Valencia, bodas, bautizos y comuniones nos permiten quitarnos de encima el ‘mono’ de Fallas.
No es un insulto, es con cariño
Si te dejas caer por algún pueblo valenciano durante una temporada, lo más habitual es que cuando cojan confianza contigo pasarás a ser un fill de puta. Una palabra que suele ir precedida de un intenso Yeeee a modo de saludo. Pero tienes que tomártelo bien, aquí mostramos el afecto con insultos.
Moure la mula enmig del carrer Major
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Foto de portada: Guías Viajar