72 horas de fiesta non-stop por las mejores discotecas de la Comunidad Valenciana, el escenario perfecto para las ansias de libertad, creación y vanguardia de la juventud de los 80. Esto era, a grandes rasgos, lo que en su día se llamó popularmente la «Ruta Destroy» o «Ruta del Bakalao». Ahora, casi 45 años después de su inicio, Bombas Gens Centre d’Arts Digitals produce la exposición La Ruta: modernidad, cultura y descontrol, una puesta en valor de este fenómeno cultural. Podremos visitarla a partir del 2 de octubre y las entradas ya están a la venta. Hazte ya con la tuya para ser de los primeros en disfrutar de este viaje inmersivo a una época irrepetible.
La Ruta: modernidad, cultura y descontrol será un viaje sensorial a un capítulo emocionante de nuestra historia reciente a través de objetos originales, VR360º y proyecciones con láser-mapping. Si bien no será la primera exposición sobre este fenómeno que acoge Valencia, sí que será la primera en formato inmersivo: hará uso de las tecnologías más avanzadas y contará con salas e instalaciones que permitirán la interacción de los asistentes.
Mucho más que fiesta y hedonismo
Para hablar de la «Ruta» hay que remontarse a principios de los 80 y a los alrededores de la CV-500, una vía muy cerca a la ciudad de Valencia y que discurre por la playa de Les Palmeres y poblaciones como El Saler o Pinedo, donde se encontraban algunas de las discotecas más exitosas de la época.
Cada semana se congregaban ahí miles de jóvenes para disfrutar de noches de fiesta sin fin, encadenando un club tras otro. Pero lo que empezó como un punto de encuentro para la juventud que salía de “marcha”, pronto derivó en algo mucho mayor: dentro y fuera de los clubs valencianos se gestó un movimiento que incluía la música electrónica, el diseño gráfico o la moda, entre otras disciplinas.
La Ruta: modernidad, cultura y descontrol nos descubrirá todo este movimiento contracultural, derribando todos los mitos sobre la «Ruta del Bakalao«. La fiesta y el hedonismo se combinaron en esta época con momentos de esplendor en campos como el diseño o la moda valencianas y en una auténtica revolución musical, siempre con un carácter muy disruptivo, independiente y alternativo.
La llamada «Ruta Destroy» fue la expresión más mediática de la movida valenciana y fue tan importante que se equipara a movimientos de esos años que se gestaron en ciudades mucho mayores como Manchester, Madrid, Berlín o Ámsterdam. Con él, la ciudad de Valencia, normalmente al margen de los grandes centros culturales, se puso en el foco durante más de una década.
Un viaje a una época de colores neón y música revolucionaria
Últimamente la denominada popularmente «Ruta del Bakalao» ha recibido atención en forma de libros o series, pero La Ruta: modernidad, cultura y descontrol irá un paso más allá: se trata de la primera instalación de carácter inmersivo sobre este fenómeno, una manera de acercarlo a toda la población.
A lo largo de 10 salas y más de 2.000m2, la exposición nos llevará de la mano para conocer todos los detalles de este apasionante capítulo de la historia, desde sus inicios a principios de la década de los 80 hasta su decadencia, bien entrados los 90.
Para repasar todas estas etapas La Ruta: modernidad, cultura y descontrol expondrá instalaciones y piezas de la época, mostrará testimonios exclusivos de sus protagonistas y contará con tecnologías de vanguardia, como una sala inmersiva con efectos laser-mapping e instalaciones con tecnología VR 360º. No solo veremos la «Ruta«, sino que nos sentiremos parte de ella gracias a una recreación fidedigna de algunos de los escenarios más icónicos del movimiento.
Una exposición imprescindible para los amantes de la música electrónica pero también de las artes en general. La «Ruta» se originó en el club, pero supuso una incansable efervescencia en otros campos artísticos, un revulsivo cultural y una apertura creativa que significó un antes y un después, un espacio de transformación, libertad y creación que hoy tiene su homenaje en esta exposición.
La Ruta: modernidad, cultura y descontrol es la primera producción propia de Bombas Gens Centre d’Arts Digitals, reconocido en Valencia (y en el resto del estado) por ofrecer experiencias inmersivas con tecnología punta.